Dando acabados

 

   Bueno, después del buen resultado de las hombreras con el color, me puse a darle color a toda la pechera, a montarla con sus correas y todos los accesorios.

 

 

    Y así quedó todo tras darle color y el aceite de acabado, ahora llegaba el momento de empezar a montarla, tengo que decir que hasta para saber roblonar un remache hay que practicar.

 



 

    Con la bola del martillo, hay que ir golpeando el vástago del remache hasta conseguir mas o menos la misma forma por detrás que por la parte que se ve. Compré dos botadores de mecánico y los llevé a un tornero para que me hiciera una hendidura con el mismo ángulo que la cabeza del remache, para así una vez martilledado, poniendo un puntero sujeto al tornillo de banco y con el otro golpear en el vástago ya remachado así pude conseguir que ambos lados fuesen iguales.

 

    Las tiras de cuero, que adornan la pechera las corté y las teñí del color más parecido que pude, los adornos de las tres franjas que tapan la parte del abdomen las corté y limé hasta darles la forma, utilicé dos clavos de cabeza redonda a modo de remache para sujetarlas.

 

    Y así quedó, una gratificante recompensa a tan dedicada y difícil labor, en la cual lo que más me preocupaba era la simetría de la armadura, mas que fuese cómoda o pesara poco. Aunque he de decir que no pesa mucho y para lo aparatosa que parece y es bastante cómoda para lo que es.

 

 

 

 Ahora falta ponerle las hombreras pequeñas, ponerle el pelo al gorjal trasero, colocar los protectores laterales a su altura correcta y así quedaba la armadura completamente cerrada, con correas que no se ven, como en la original. 



   

 

 

 

 

 



 

 



 

 

 

     Estaba montando estas imágenes para que pudieseis comparar como he querido cuidar los detalles y francamente no me esperaba tanto parecido.

 



  

   
     Estando la pechera acabada, ya hay que seguir con el resto de la armadura, y como os veo tan ilusionados con ella, os anticipo algo...

 

Continuará...